Con El Castillo de las Focas se nos revela un Andrés Laszlo humorista de fertilísima imaginación y abundantísimos recursos. Una muestra de ello, es esta novela, la cual rebosa de tales demostraciones, por ejemplo las que tenemos en los personajes. Empezando por el protagonista, al que vemos como un actor sin dinero que maneja con economía y comodidad su problema de la vivienda, durmiendo en una casa de baños. Leer parte del libro. VIDEO
Conocemos a un boxeador negro, que por razones que no es el caso exponer aquí, vende por anticipado su esqueleto a un marqués que siente gran curiosidad por ver cómo son sus huesos. Otro personaje es un avispado especulador que nos instruye sobre el modo de comprar cocaína a precio de costo y venderla al precio del mercado negro. Un elenco, en fin, ante el cual no cabe más que adoptar la siguiente postura: leer este libro de la primera a la última página. Es el primero de lo que puede verse como dos de sus obras tragicómicas de época: El Castillo de las Focas (Budapest) y La Rapsodia del Cangrejo (París).